Cada vez es más habitual ver en los parachoques traseros de los coches pegatinas pregonando diversos mensajes que quiere transmitir el conductor del automóvil. Se utiliza como plataforma publicitaria, para promocionar nombres de empresas o páginas web y hasta frases o dibujos por los cuales te sientes identificado.
¿Pero esta estrategia funciona? Es verdad que uno cuando circula está obligado a mirar el coche de delante y eso hace que se fije en el parachoques. Pero hasta que punto despierta su interés, realmente lo lee o lo memoriza el conductor. En realidad el mejor momento de impactos visuales que puede recibir los mensajes, sucede en un atasco, ya que es un momento en el que el conductor se destensa y relaja en concentración, y puede entretenerse con el alrededor. Entonces es en ese momento cuando el mensaje puede ejercer su mayor persuasión.
Pero un parachoques tiene una función principal y conocida por todos y no es la de comunicar. Por tanto, puede que las pegatinas queden rayadas o abolladas, entonces pierdan fuerza comunicativa. También se puede dar el caso que te canses de las pegatinas o no exista ya la empresa publicitada, entonces las has de arrancar y luego el parachoques queda fatal. Pero para eso hay una clara solución, cambiar el parachoques.
Cambiar un parachoques supone un gasto desmedido para simplemente el hecho de llevar pegatinas. Pero eso tiene una solución, ya que ahora se puede adquirir parachoques alternativos. Son parachoques igual que los del fabricante, son compatibles y tienen la misma calidad que los de serie, únicamente, no constan de la marca del fabricante de serie.
En definitiva, es una acción de guerrilla publicitaria que puedes llevar a cavo, y que no supone un gran gasto. Lo interesante es como lo realices y que se diferencie del resto. Por tanto, para que realmente se optimice y genere un buen número de impactos, no nos limitemos a enganchar una pegatina, sino, vayamos más allá.
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